miércoles, 30 de noviembre de 2011

Momentos inolvidables


Hemos llegado a unas alturas donde el deporte amateur se codea prácticamente con el profesional. Si participáis en pruebas de mountain bike por ahí os podéis dar cuenta de ello. Es impresionante como todos andan un montón. Todo el mundo a mi alrededor obtiene excelentes posiciones incluso llegando a subir a podios de carreras de alto nivel. Por una parte me viene bien a mí, si ellos son los más fuertes y comparto salidas con ellos eso será que tampoco me va la cosa mal.

Seré yo el peor del pelotón, esa reflexión tan común cuando estas metido en plena faena. No vas cómodo con ninguna combinación de marchas, te duelen las piernas por todos los sitios, la espalda también se queja. El estomago es un show no sabe si darse a la fuga por arriba o por abajo. Aunque la carrera sea en el mes de Febrero pasas calor como si fuera 15 de Agosto. Que momento más malo que ese, da igual la posición que lleves pasa siempre.

Te roza el casco cuando nunca en la vida te ha rozado, una gota de sudor baja por el centro de la lente de tu gafa y te dificulta la visión. No es eso lo que mejor te viene en este momento. También es posible que la equipacion se te empiece a descolocar para que ya estés incomodo del todo. Sientes que llevas la zapatilla un poco suelta y no trasmites íntegramente la fuerza en el pedal. Si, lo que hacía falta ahora. Pero lo mejor de lo mejor es cuando se te acaba el agua en el momento que necesitarías dos litros.

Y si en algún momento se te llegan a pasar todos estos síntomas aparecerán los mareos o los calambres y si ya se pone la cosa muy chunga vendrá la pájara. Que aparece cuando menos te lo esperas. Da igual que comas o bebas desaparecerá cuando se le antoje. Que si pensabas que antes estabas jodido ahora te vas a enterar. Antes por lo menos te dolía todo pero tenía fuerzas para pedalear. Ahora con no abandonar tienes ya suficiente lucha, no necesitas que venga nadie por detrás apretando ahora es tu cuerpo el peor enemigo.

¿Y ahora qué hacemos? Pues a esperar toca. Ya se pasara este mal rato que también hay momentos en que vas realmente rápido cuando el cuerpo logra asimilar todo el esfuerzo que estás haciendo. Entonces es cuando disfrutas si no lo has hecho hasta este momento. Pedalada redonda, trazadas de tiralíneas cuanto habrá que entrenar para ir así de bien en todo momento. Ojalá no se acabe nunca.

Dios mío! Que gustazo! Pues aun así volvemos a repetir. Es la magia de este deporte. Mountain bike en estado puro. Aun pasando estas penurias seguimos cogiendo la bici en la siguiente oportunidad que tenemos. Esa droga tan rica que nos tiene enganchados nos lleva cada día a ser mejores. Viendo este panorama yo no sé tú, pero yo me apunto a la próxima. Si tu también quieres venir, sal y monta pero sobretodo DISFRUTA.

Publicado en Wallride Magazine Nº 47.