viernes, 30 de septiembre de 2011

El Fregao



Es tiempo de competición, de grandes rutas, es el mayor punto de la actividad ciclista del año. Nos gustaría ir a tantos sitios a la vez. Si eres una persona como yo que practica varias modalidades a la vez, probablemente tendrás la agenda muy ocupada. Tanto que tendrás que faltar a algunas citas del calendario porque coinciden con otras mas de tu gusto o que en ediciones anteriores descubriste gran ambiente.

Los clubes se empeñan en organizar su prueba lo mejor posible, llevan meses trabajando en ello. Buscan colaboradores, movilizan ambulancias, protección civil y voluntarios y suplican ayuda a los ayuntamientos que derrochan el dinero en cambiar la mesa al concejal de turno por capricho y otras cosas que nunca nos enteraremos. Pero para una prueba de Mountain Bike las tres P´s. Permisos, papeleos y pegas.

Una vez solventado el tema de la organización y la fecha nos toca responder a nosotros. Que somos los que llenamos la línea de salida y a cuentagotas vamos entrando a la de llegada. Por lo que he podido comprobar las pruebas mas populares en los pueblos mas pequeños son las que mejor funcionan. En ellas se nota que no están infectadas por la ambición del dinero o la de llegar a ser la mejor del panorama nacional. La organización se conforma con que todo salga bien, no haya accidentes y si todo sigue su curso natural, como debería de ser, volver a organizarla el año que viene y que la gente repita.

Una prueba ciclista para hacerse nombre no creo que sea necesario que tenga unos premios en metálico extraordinarios. Si en realidad el 95% de los participantes ya se inscriben sabiendo que no van a tener opciones a ellos. La gente quiere ver que la carrera tiene todos sus puntos bien marcados, que hay gente apostada en los lugares que pueden resultar peligrosos. Su avituallamiento si lo tiene es correcto y esta colocado en el punto perfecto del recorrido. La gente normal y corriente es lo que busca.

El sentirse arropado con la gente del pueblo que desde que desembarcas del coche percibes que se sienten orgullosos de que estés allí. Ese día el pueblo se llena de jóvenes y familia. Hay movimiento en el pueblo y eso les hace sentirse vivos. Padres, hijos, el abuelo de la faria, todos están allí para verte. Se escuchan la tipicas cosas de ¡mira que ruedas mas gordas! o ¡que poco que pesa esta bici! En definitiva son frases inocentes de gente que no esta en nuestro en mundo. Pero para eso hemos ido alli, para mostrarle como es.

Una vez en la línea de salida ya solo deseas que por tu parte todo vaya bien. Llevas días mentalizado en ello y varios meses de duro entrenamiento para poder llegar en la mejor posición posible. Dejaste ayer la maquina preparada y las mochilas llenas de “esto por si acaso”. Tardaste en dormirte repasando mentalmente el estado de la bici y que no olvidaras nada de lo importante. Ahora estas ahí. Sal y monta pero sobretodo, DISFRUTA.

Publicado en Wallride Magazine Nº 44